First Steps of Faith/The Biggest Decision of Your (New) Life/es

From Gospel Translations

Revision as of 16:13, 10 July 2008 by Kirstenyee (Talk | contribs)
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Una semana después de aceptar a Cristo como mi Salvador, necesitaba desesperadamente una orientación. Anhelaba tanto que mi vida contara para Dios. Pero, ¿cómo? Servirle era lo menos que podía hacer después de todo lo que él había hecho por mí. ¿Qué quería Él que yo hiciera?

Quizá debiera ir al África y hablarle a todos de Jesús, pensé. (África era el lugar más difícil que me podía imaginar.) Me veía caminando un polvoriento kilómetro tras otro, con un cayado nudoso en la mano, un profeta muerto de sed reducido a piel y hueso. Mis labios resecos imploraban una gota de alivio. Una pañoleta roja, llena de sudor alrededor de mi cabeza nada hacía para protegerme del calor al cruzar las planicies desiertas en busca de cualquiera que no conociera a Jesús. ¿Qué comería? ¿Raíces? ¿Insectos? ¿Qué bebería? ¿Cómo sobreviviría a los leones? ¿A los tigres? ¿A las hienas? No importaba. Lo único que importaba era hacer algo para Dios.

Otra opción—aunque ésta me parecía más peligrosa que el África—era ir al seminario. Pero, ¿a qué seminario? ¿De dónde sacaría el dinero? ¿Y no debería terminar primero mis estudios universitarios? Llevaba apenas una semana en la fe y ya estaba paralizado por la indecisión. Doy gracias de que Dios no me dejó por mucho tiempo sin saber qué hacer.

Medita en 2 Corintios 3:5-6. ¿Tiene el creyente la aptitud (por si mismo) para hacer algo por Dios que valga la pena?

Después de la siguiente reunión de la iglesia a la cual asistí, el predicador invitó a los que “querían ser bautizados en el Espíritu Santo” que se reunieran en una salon aparte. Nunca en mi vida había oído esta frase. Sonaba media extraña, pero razoné que si iba a andar escapando de animales salvajes en el Sahara sería mejor que consiguiera todo lo que pudiese de Dios.

Me acerqué al hombre en cuanto terminó la reunión. “Señor,” le pregunté, “¿qué significa ser bautizado en el Espíritu Santo? La semana pasada entregué mi vida a Cristo. ¿Necesito también esta, esta, eehh, cosa, este ser bautizado en el Espíritu Santo?” Sin la menor vacilación, me contestó: “Ir a ese salón y ser lleno del Espíritu Santo es la decisión más importante que jamás harás como creyente.”

(Desde entonces, muchas veces me he preguntado por qué habló tan enfáticamente. Quizá vio en mis ojos la mirada de un fanático—de alguien que estudia cuidadosamente todas sus opciones antes de acometer una tarea medio preparado. Así era yo.)

1. Aparte de tu respuesta al evangelio, ¿cuál es la decisión más grande que has hecho en tu vida?

Entré nerviosamente al salón y me deslicé en un banco con otras veinte personas que parecían tan confundidas como yo. Esperé intranquilo. Aunque quería todo lo que Dios tuviera para mí, esto parecía muy raro. Por fin entró un joven y leyó algunos pasajes de la Biblia. Explicó lo que significaba ser bautizado en el Espíritu. Luego y él y otros empezaron a orar por nosotros.

Lo que me pasó enseguida fue la cosa más gloriosa, después de entregarme a Cristo, que jamás me haya sucedido. Ahora me acuerdo de aquel momento y me doy cuenta que mi decisión de buscar esta experiencia con el Espíritu Santo era... bueno, la decisión más importante que jamás haya tomado como creyente.

¿Quién es el Espíritu Santo?

El teólogo Gordon Fee escribe de un seminarista que cierta vez confesó: “Dios el Padre tiene sentido para mí; y a Dios el Hijo puedo entenderlo; pero el Espíritu Santo es como una masa gris, oblonga.”1 Dado que la mayoría de los creyentes se han sentido así alguna vez, empecemos con la pregunta fundamental (pero no sencilla): ¿Quién es el Espíritu Santo?

La Biblia habla de Dios el Padre, el Hijo y el Espíritu Santo —un Dios en tres personas, conocidas comúnmente como la Trinidad. Estas tres personas son las mismas en esencia, iguales y eternas. El Padre no es el Hijo y el Hijo no es el Espíritu Santo, no obstante, cada uno es realmente deidad.

Más sobre el tema: Para tener una referencia especialmente clara de la Trinidad, lee Mateo 28:19.

La Biblia se refiere a la tercera persona de la Trinidad de varias maneras: el Espíritu (Juan 3:6-8), el Espíritu Santo (Lucas 11:13), el Espíritu de Dios (1 Corintios 3:16), el Espíritu del Señor (Lucas 4:18), el Espíritu de Jesús (Hechos 16:6-7), el Espíritu de su Hijo (Gálatas 4:6) y el Consolador (Juan 16:7) por mencionar algunos. Las Escrituras también

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