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Contents

Introducción

Antes que comencemos a hablar acerca de lo que sucede cuando los ancianos se reúnen, sería sabio detenernos en pensar acerca de lo relacionado al asunto del liderazgo –como añadir puestos y su personal.
          Al predicar el evangelio fielmente. Llamando al arrepentimiento y a la fe semana tras semana, no sería sorprendente ver a Dios bendiciendo Su Palabra al salir de su boca con el paso de los años. No puede acarrear miles y miles, el no puede hacerlo tan rápido como usted preferiría; pero Su Palabra nunca regresa vacía y una implicación puede aumentar el numero de personas que escuchen predicado el evangelio regularmente y hacerse miembros de la iglesia. Cuando ese tiempo venga –cuando Dios soberanamente escoja atraer mas personas a escuchar Su Palabra y hacerse miembros de la iglesia local- usted necesitará otros trabajadores de tiempo completo para que lo ayuden para segar la cosecha y guiar responsablemente a la multitud al crecimiento.
          ¿Cómo hará para traerlos? ¿Qué puestos creará primero? ¿Por qué? ¿Qué clase de personas buscará para traerlos, como los organizará y porque hará las cosas de esa manera?

¿Por Qué No Especializar?

Una de las maneras más populares de emplear y organizar el personal de la iglesia ha sido dividir el bulto abigarrado de responsabilidades del ministerio en departamentos especializados tales como música, jóvenes, educación de adultos, comunidad, evangelismo, discipulado, y cosas semejantes. Solo es cuestión, entonces, de buscar a una persona que particularmente sea adecuada o con dones para dirigir en alguna de estas áreas. Así que contratamos un ministro de música o de jóvenes, un director para la educación de adultos, un pastor de evangelismo, etcétera. Y si somos afortunados, ganáremos un dos por uno –¡un pastor de evangelismo y un discipulador!
          Ahora si sucede que usted es un pastor que ha organizado su personal precisamente de esta manera, permítame iniciar mis comentarios diciendo primero que no hay nada necesariamente erróneo con esta forma de hacer las cosas. En ningún lugar de la Biblia se prohíbe los departamentos de ministerio especializados. Pero ¿es la especialización lo mejor para los ancianos y la congregación?

GABINETE DE ESTRATEGIA
  1. ¡PARE DE LEER! ¿Qué piensa usted? ¿Existen peligros que deben evitarse en la especialización del personal?
  2. Si su personal es especializado, ¿esta tomando precauciones para evitar esos peligros?
  3. Si usted no ha formado su personal, ¿podría pensar en una alternativa para la estructura de personal?

Profesionalización. La idea de especializar viene principalmente del mundo profesional. El profesional que se especializa en un aspecto en particular de su gran campo es en muchas maneras más valioso y comerciable que una persona de cultura general. El especialista se concentra en hacer una sola cosa y ser conocido por hacerlo bien. Entre mas lo haga mejor es sola cosa, mas conocido se hace, y mas lucrativo es su empresa; y nadie puede decir que existe algo necesariamente erróneo con la especialización en una profesión secular. Es solo cuan a menudo funciona las cosas. Así que tenemos toda clase de doctores y abogados y consultores de comunicación, etc, y quien ha trazado su propio mercado de especialización algunos de los cuales son realmente cristianos fuertes con motivaciones santas. Y cuando necesitamos un pediatra o un abogado de derechos civiles, agradecemos por sus servicios, porque son, después de todo, “expertos”.
          Es fácil importar esta mentalidad de “especialista profesional” a la iglesia. En un sentido, todo lo que tiene que hacer es cambiar el lenguaje de “especialización y carrera” a “dones y llamado”. Pero el ministerio vocacional en la iglesia no es solo otra profesión secular. Sí, existe un sentido en el cual queremos hacer lo que más podemos hacer según nuestros dones. Dios coloca cada parte en el cuero según El lo desea. Pero es igualmente cierto que cada miembro de la iglesia debe estar dispuesto a servir donde él más se necesite, no siempre donde el sea mas dotado. Puede ser un pastor asociado, pero si existe una desesperada necesidad para obreros en la guardería infantil, por lo menos debería servir una vez al mes, no importando si el ministerio de niños este en mi “mezcla de dones” o no.
          El ministerio, pues, no debe ser un mercado de especialización. De hecho, no debe ser comercializado en absoluto. Pero el efecto de la especialización es la introducción de una mentalidad de ministerio profesionalizado y orientado al mercado. En otras palabras, tan pronto como necesitemos llenar el mercado de “ministerio de jóvenes”, hemos ya revelado que creemos que la solución para nuestro problema con los jóvenes es contratar a un profesional que se especialice en la juventud. Por el otro lado de la moneda, el impulso es para candidatos de trabajo potencial para verse así mismos como un mercado de especialización que están equipados especialmente para llenar esta clase de espacios. El mercado de especialización de los ministerios los estimula ser excesivamente limitados en la participación y el servicio en la iglesia. En lugar de de ser polifacético y estar dispuesto a servir dondequiera que surja la necesidad en la iglesia, el ministro de mercado es estimulado a limitar su esfera de influencia y servicio al mercado especializado para el que esta designado. Si él continua haciendo su trabajo bien en el ministerio especializado para el cual le pagan, entonces a menudo es tácitamente considerado como un cristiano maduro, en crecimiento, cuando en realidad su crecimiento puede ser truncado por la limitación de su enfoque en el ministerio. Aun los ministros vocacionales se piensan que modelos para la congregación, y por lo tanto, la idea de la congregación del cristiano maduro se ve truncada también. Esto simplemente no puede ser la manera más sana de estimular os ministerios ovaciónales a pensar de sí mismos, de su servicio a la iglesia y de la madurez cristiana.
         Fragmentación. La naturaleza profesional de la especialización, naturalmente tiende a insertar un espacio profesional entre pastores, y entre los miembros de la congregación.
          Bajo un paradigma mas general del ministerio, los pastores trabajan mas notablemente juntos, lado a lado en servir a la iglesia. La especialización tiende a encerrar a los pastores en sus propios cubículos, por así decir, cada uno solamente trabajan en los proyectos que están relacionados a su propio mercado, juntándose solo en una reunión superficial del personal o de oración. Ya no hay relaciones pastorales profundas edificándose en la obra de hombro a hombro del ministerio. La obra ha sido analizada en departamentos separados. Como tal, el ministerio pastoral ha sido apartado inútilmente. La unidad y la confraternidad consecuente del equipo pastoral son comprometidas justo desde el principio.
          El espacio profesional entre los miembros de la congregación se hace evidente cuando aquellos involucrados en un solo ministerio o programa se polarizan de los demás ministerios. Tome, por ejemplo, el ministerio de jóvenes. Simplemente con especializar a los jóvenes, estamos separándolos de los adultos. ¿Pero no los estamos entrenando para que sean adultos? Entonces ¿Por qué los estamos apartando de las fuentes de influencia que los ayudarán a crecer? Lo estamos haciendo, a menudo, porque hemos especializado y profesionalizado nuestros ministerios para hacerlos parecer más comerciables para nuestro “público objetivo”. Así que los adultos pasan tan adolescentes como embarcaciones en la noche, nunca imaginándose que podrían edificarse el uno al otro. Los miembros del coro están tan ocupados con el programa de música que se hacen cada vez menos disponibles para el ministerio del cuidado de niños o para el servicio a las personas de la tercera edad. Los partidarios del programa de evangelismo comienzan a despreciar a los que no están igualmente comprometidos para salir las noches de los martes. Mientras tanto, el pastor de discipulado y desarrollo teológico es tentado a pensar que el cantar cantos no es realidad lo suyo, así que el solo se aguanta hasta que el pueda de verdad disfrutar del sermón. Y así cada uno piensa así porque que esta profundamente involucrado en un ministerio especializado, el ha llegado a la madurez espiritual, rara vez o quizás se lleguen a dar cuenta del deterioro de los ligamentos contiguos que mantienen el cuerpo unido. El cuerpo se viene abajo, pero pocos lo saben, o aun se preguntan porque.
          Territorialidad. Bajo un modelo más general del ministerio, todos los pastores comparten todo el ministerio. Cultivar este sentido saludable de propiedad compartida es bueno. Pero la fragmentación que los ministerios especializados introducen a menudo guía a los pastores a ser posesivos sobre su servicio en un área en particular. La amargura y los resentimientos sutiles comienzan a desarrollarse cuando las líneas se cruzan o son evaluadas; y las guerras de territorio sobre la música o la consejería llegan ser lo más normal principalmente porque los pastores comienzan a pensar en cierta área de ministerio como “mi dominio” y las decisiones hechas en esa área caen bajo “mi jurisdicción”.
         Programas orientados. Las posiciones de misterio especializados algunas veces guían a una dependencia en programas para hacer que tengan éxito los ministerios. En lugar de ver al ministerio corporativo de la iglesia como un todo, los ministros especializados naturalmente se vuelven miopes – desarrollan una visión restringida que es enfocada solo en una parte del todo. Cuando “su” parte parece ser la que esta funcionando mal, las únicas soluciones que pueden ver son localizadas, porque la separación de los departamentos los ha cegado a la posibilidad de que el problema en su área puede ser causado por un problema en un área diferente pero conectada. Por ejemplo, “nuestro evangelismo no es eficiente, así que necesitamos un programa que nos ayude”. Quizás. Pero ¿no podría ser que nuestra evangelización no este funcionando porque el discipulado es tan ausente que el testimonio de la iglesia en la comunidad ha sido manchado por la hipocresía de los miembros?
          En otro sentido, estos programas orientados acaban por ser otra marca de la profesionalización del ministerio . Llevando un enfoque de un programa orientado al evangelismo, o al discipulado o a la música termina comunicando a la congregación, aunque involuntariamente, que la madurez en esa disciplina en particular de la vida cristiana significa solo en involucrarse en el programa actual usado por la iglesia. La verdad del asunto es que el involucrarse en el programa debe ser solo el comienzo. La madurez es un estilo de vida de santidad, no solo una asistencia a un evento semanal.

¿Cuál es la Alternativa?

Así que existen algunas buenas razones (aunque pragmáticas) para ser escépticos acerca de la sabiduría en establecer posiciones de ministerio especializado cuando pensamos en desarrollar una plantilla pastoral de tiempo completo. Hablando positivamente, reteniendo un modelo mas general de ministerio cultiva la unidad entre el personal pastoral, reduce la posibilidad de que el ministerio sea percibido como una carrera profesional y minimiza la división de los ministerios, de los equipos pastorales y de las congregaciones. Pero parece que el ministerio especializado esta casi todo afuera. Así que, ¿Qué podemos hacer?
          Un ministerio polifacético. En lo que queremos trabajar es en un modelo de personal que contribuya a la integración de los ministerios, el compañerismo de los pastores, y la unidad de los miembros de la iglesia. Claro, esto tiene implicaciones de cómo estructuramos los ministerios de la iglesia. Significa que nos resistimos a la tentación de romper todos los aspectos del ministerio pastoral en una perspectiva de cabezas departamentales respectivas: no más departamento de música operado por un ministro de música, no más departamento de jóvenes, departamento de evangelismo o departamento de educación de adultos. ¡Olvídese de los departamentos! Los departamentos implican divisiones, y las divisiones simplemente no son de provecho para la iglesia.
          “Bueno, ¿como se supone que llevaremos a cabo todo sin los departamentos?”. Sería mejor presentar una visión del ministerio pastoral como una unidad corporativa, un todo integrado e indivisible. Por supuesto, todavía hay aspectos diferentes de ese todo. Pero al organizar los ministerios de la iglesia, no intentamos hacerlos seleccionando y luego institucionalizando aquellas diferencias en departamentos. En lugar de eso, queremos ver el ministerio pastoral (y, por extensión, la madurez cristiana) como una unidad integrada cuyas partes distinguibles crecen juntas en proporción al todo. De esta manera, no existe “departamento” que llegue a ser posesivo, y no existen posturas divisivas entre los ministerios. Todo es fluido e integrado –un solo cuerpo.
          ¿Como, pues, se logra hacer que tome vida esta visión general de un ministerio integrado y nutrirse de gente? He aquí una sugerencia basada en lo que hemos visto que sucede en nuestra iglesia.
         Jugadores versátiles. En vez de ocupar especialistas, hemos encontrado mucho provecho en ocupar personal pastoral que tenga la voluntad de ser generalistas.
          (1) Asistentes pastorales. Si la iglesia a la cual sirve usted es pequeña o acaba de comenzar, es posible que el presupuesto no sea muy grande. Así que usted no puede tener un pastor adjunto de tiempo completo. Eso esta bien. Ocupe asistentes pastorales (AP). La posición de asistente pastoral es una asignación de tiempo completo temporal (normalmente dura de uno a dos años) ocupada por un hombre que puede ser ó no reconocido por la congregación como alguien con dones o un llamado para un ministerio pastoral de tiempo completo. Los AP sirven a voluntad del pastor principal, el cual normalmente significa hacer cualquier cosa desde redactar el borrador de la correspondencia hasta hacer los arreglos de viajes, hasta discipular a otras personas, predicando periódicamente, haciendo visitas al hospital, escribiendo un plan de estudios, asimilar a personas en grupos pequeños.
          Los mejores AP son normalmente solteros, un estudiante, personas de preseminario quienes estén pensando en entrar en el ministerio pastoral y quien desea probar sus dones en el contexto de la iglesia local . Ellos pueden normalmente vivir con mucho menos que un esposo y padre de dos, y normalmente puede apreciar (al menos no importarle) vivir en la casa pastoral.
          Esta asistencia, entonces, puede realmente duplicarse como un aprendizaje pastoral o programa de entrenamiento, especialmente si usted como pastor es deliberante acerca de darles buenos materiales de lectura, reuniéndose con el periódicamente para hacerle un bien espiritual, observando realizar el ministerio, dándole una realimentación constructiva cuando se moje los pies. Estos hombres no serán considerados pastores fijos en el sentido de la plantilla, pero podrán hacer mucho del trabajo de campo que lo ayudará a darle empuje al ministerio pastoral. Y pueden tener aun el carácter y la buena voluntad de servir como ancianos.
          La posición de PA entrena a hombres jóvenes para ser generalistas en el ministerio. Lo ayudará desarrollar un repertorio de experiencia en el ministerio pastoral polifacético permitiéndoles hacer una gran variedad de cosas que edifiquen la iglesia y empujen el ministerio pastoral. Como tal, esto obra para corregir el panorama especializado del ministerio pero reemplazándolo con un modelo más robusto de madurez pastoral y espiritual. En pocas palabras, entrena a personas para cada posición.
          Si su presupuesto le permite suficiente dinero para un solo AP, esta bien. Traiga un posible prospecto, permita que la iglesia vea el valor de su ministerio y del entrenamiento que esta consiguiendo de usted y trate de cultivar un sentido corporativo de la importancia de edificar las vidas de los pastores aspirantes para que la línea de presupuesto para los AP pueda crecer gradualmente.
          (2) Pastores Asistentes. Estos no deben confundirse con los asistentes pastorales. Los pastores asistentes pueden a menudo ser llamados de fuera de la congregación, y no son considerados pastores de planta, y puede ser o no ser elegidos para el oficio de anciano. Los pastores asistentes, en nuestra práctica, son llamados solo de dentro de la congregación, son reconocidos por la congregación por tener los dones y el llamado para un ministerio de tiempo completo de predicación y enseñanza, y son reconocidos como ancianos en virtud de su carácter reconocido y llamado.
          Los pastores asistentes, entonces, asisten al pastor principal y/o al(los) pastor(es) asociado(s) en el desempeño de sus deberes y llevan a cabo otros deberes pertenecientes al oficio pastoral. Mientras que los pastores asistentes se les puede dar la responsabilidad de la supervisión general de cierta área del ministerio (a diferencia de los asistentes pastorales), no son llamados “ministros de” alguna área en particular, y sus responsabilidades a menudo recorrerán fuera de los limites de esa área en particular. Así que un pastor asistente se le puede confiar la supervisión del ministerio de niños pero podrá también ser llamado a discipular a otros hombres, a predicar, hacer visitas al hospital, oficiar bodas o funerales, etcétera.
          Los pastores asistentes son, en esta forma, entrenados a realizar cualquier posición, lo cual reduce la probabilidad de fragmentación y territorialidad y protege a la congregación de convertirse excesivamente dependiente de cualquier persona del personal, incluyendo del pastor principal. A estos hombres se les debe pagar más que a los asistentes pastorales, principalmente porque son más calificados en carácter y aptitud, y se les ha dado una mayor responsabilidad.
          (3)Pastores Asociados. Idealmente, al crecer el presupuesto de la iglesia, será sabio trabajar en traer un pastor asociado de tiempo completo. A menudo pensamos en un asociado como alguien quien tiene diferentes dones que el pastor principal para que el pueda hacer la obra que el no puede por no tener los dones para ello. Esto parece sabio a primera vista pero al final puede probar que es una miopía.
          Como protestantes, queremos desanimar a la congregación a depender mucho en la persona y ministerio del pastor principal. De acuerdo, él esta ahí probablemente porque tiene dones marcados de predicación, enseñanza y liderazgo. Pero si algo le sucediera, o si la relación entre la congregación y el pastor principal se deteriorara, entonces no habría nadie con dones similares para tomar su lugar si el asociado fuese ocupado precisamente porque sus dones fueran diferentes. Siempre es bueno tener más de una persona en el barco que pueda conducir la nave.
          Por esta razón, sería sabio ocupar un pastor asociado cuyos dones y llamado fuese similar al pastor principal y este dispuesto a ponerse bajo la autoridad del pastor principal y servir en maneras similares pero complementarias.

Las Relaciones Entre el Personal, Los Ancianos y los Diáconos

Queremos animar a las iglesias a mantener una distinción san entre el rol de los ancianos y el rol del personal. A menudo decimos que nuestra iglesia es guiada por anciano pero ejecutados por el personal. Los ancianos trabajan juntos para determinar la dirección espiritual de la iglesia, y el personal trabajan juntos para cumplir la visión o dirección fijada corporativamente por los ancianos.
          Claro, algunos del personal también serán ancianos en la mayoría de las ocasiones –como mínimo, el pastor será un anciano, y también el pastor asociado (si hay uno). El personal que también son ancianos, entonces, son los responsables tanto de establecer la visión de la iglesia (como ancianos) como el implementar esa visión (como personal). El personal que no son ancianos no son responsables de establecer la visión o dirección de la iglesia. Ellos son solo responsables de hacer su parte de la visión establecida por los ancianos. Los ancianos deciden hacia donde va la iglesia, porque ellos son los hombres quienes la congregación ha reconocido que tienen la madurez espiritual para tomar esa clase de decisiones. El personal manejará el autobús con el fin de llevarnos hasta allí, porque ellos son los que están libres de un trabajo secular para ministrar de tiempo completo y equipar a los santos para la obra del ministerio.
          Los diáconos se aseguran que tiene suficiente gasolina para hacia donde nos dirigimos. Ellos liberan a los ancianos de dedicarse al liderazgo espiritual sirviendo en los asuntos físicos y financieros de tal manera que lleve a la unidad de la iglesia bajo la autoridad de los ancianos (Hechos 6:1-6). En nuestra iglesia, creamos prisiones de diáconos de acuerdo a las necesidades prácticas del cuerpo. Así tenemos actualmente un diácono para cada uno de las siguientes áreas: presupuesto, puesto de libros y librería, sonido, cuna, hospitalidad, ujieres, bodas, ayuda social a la comunidad, y duplicación de audio. Cualquier necesidad que surja que parezca especial atención, nos sentimos en libertad de crear una posición de diácono y buscar un miembro cuyo servicio actual y carácter sea particularmente adecuado para la tarea. Por el contrario, cuando una posición de diácono ya no parezca ser útil, nos sentimos en libertad de suspender la posición como una manera de conservar la energía del cuerpo y podando las ramas del ministerio que ya no sean necesarias o que ya no estén fructíferas .
          Los ancianos deciden el destino. El personal conduce el autobús. Los diáconos se aseguran de que tenemos suficiente gasolina para ir hasta allá.

Conclusión

Nutrirse de personal en la iglesia puede parecer un poco mundano en que pensar. De hecho, podemos ser tentados a pensar que el las decisiones del personal son parte de un fin de negocio de la iglesia y que realmente no afectan la salud espiritual del cuerpo. Esperamos estar lejos de la verdad. Una configuración de personal que promueve la salud de la iglesia comienza con concepto sano de un ministerio pastoral compartido. Si comenzamos a pensar en un ministerio pastoral compartido en una manera especializada y fragmentada, estamos haciendo que tanto al personal como la iglesia sean fragmentados a lo largo de sus líneas. Por el contrario, las decisiones sabias hechas durante el proceso de selección de personal puede realmente servir a la iglesia en estimular y edificar maneras que promuevan la unidad y el crecimiento proporcional del cuerpo.
          Si usted esta en una iglesia pequeña que esta en etapas de inicio de una reforma, ¡piense antes en el personal! Sea deliberante acerca de cómo usted edifica su estructura de personal, quien –pondrá dentro del personal pastoral, y porque hará las cosas de esa manera. Piense rigurosamente y bíblicamente acerca de las implicaciones de la configuración de su plantilla para el concepto de equipo pastoral de un ministerio sano, y para el concepto de la congregación de la madurez espiritual.
          Estas precauciones pueden parecer muy restringidas ahora, pero al ir creciendo su iglesia bajo la exposición fiel de la Palabra, serán liberados tanto de los pastores como de los miembros a convertirse más en polifacéticos en su entendimiento de la madurez cristiana. Al sostener un entendimiento corporativamente de la membresía madura y el ministerio se llene mas con el tiempo, el testimonio corporativo de la iglesia comenzará a brillar aun más intensamente en la comunidad. La llama no se apagará por mucho tiempo.

Lectura Recomendada para la Sección 3

ACERCA DE LO ANCIANOS

Armstrong, John, ed. The Compromised Church (La Iglesia Comprometida) (Wheaton, Ill.: Crossway, 1998).
Dever, Mark. A Display of God’s Glory (Una Manifestación de la Gloria de Dios) (Washington, D.C.: 9Marks Ministries, 2001).
Dickson, David. The Elder and His Work (El Anciano y Su Obra) (Phillipsburg, N.J.: Presbyterian & Reformed, 2004).
Newton, Phil A. Elders in Congregational Life: A Model for Leadership in the Local Church (Ancianos en la Vida Congregacional: Un Modelo para el Liderazgo en la Iglesia Local) (Grand Rapids, Mich.: Kregel. 2005)
Piper, John. Biblical Eldership (Liderazgo de Ancianos) (Minneapolis: Desiring God Ministries, 1999).
Piper, John. Brothers, We are OT Professionals (Hermanos: NO Somos Profesionales) (Nashville: Broadman & Holman, 2002)
Alexander Strauch Biblical Eldership: An Urgent Call to Restore Biblical Church Leadership (Liderazgo Bíblico de Ancianos: Un Llamado Urgente a Restarurar el Liderazgo Bíblico de la Iglesia) (Littleton, Colo: Lewis & Roth, 1995).

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